- Location: Johannesburg, Gauteng Province, South Africa
- Works for: GenderCC Southern Africa
- Role in #women2030: Climate Justice & Gender Equality Advocate
- Related SDGs: SDG 5, SDG 6, SDG 7, SDG 8, SDG 10, SDG 11, SDG 12, SDG 13
My name is Ndivile Mokoena and I work for Gender CC Southern Africa based in South Africa as a Project Coordinator. The focus of my work is on gender and climate change, including policy interventions, capacity-building, advocacy, lobbying and training.
Advocating for community well-being and gender equality, Gender CC SA works with small-scale, subsistence and women farmers and trains local communities to start food gardens using various methods such as maize meal bags, permaculture and agroecology. Our project “Mobilizing Women’s Voices around Food Security and Climate Justice” ensures that women farmers in rural and peri-urban areas have knowledge about climate change adaptation and sustainable farming methods to stabilise and improve yields.
To access clean water, sanitation and affordable and clean energy, and to participate in climate action, the “Sustainable Energy & Livelihoods Project” was implemented at local schools. The focus was on the sustainable use of natural resources to improve climate change resilience and raise awareness on gender integration in climate change adaptation.
To promote and enhance decent work and economic growth, we run a Green Business College for social enterprise and business skills development. We train women to make energy saving “Wonder Bags” and learn about food processing and preservation so they can start their own businesses.
On policy-level intervention, reducing inequalities and promoting sustainable cities and communities, we are piloting a project called “Gender into Urban Climate Change Initiative” on gender-just, sustainable and resilient cities, assessing and monitoring their climate change adaptation and mitigation policies from a gender perspective.
The farming sector has a lot of gender disparities and women farmers are not considered to be good food producers and suppliers mainly because of their limited access to land, finance, infrastructure, transport, information and markets. In rural areas traditional practices are rife and they marginalize women. For example, men often want to make decisions for women and suppress their voices and participation in our projects. When implementing the projects, patriarchal practices jumped in and men insist that women cannot install equipment and dig trenches for food gardens. Men want to control and take ownership of projects that are meant to empower women.
When assessing the integration of gender into climate change adaptation and mitigation policies, a major challenge we faced was that government departments view climate change as an environmental issue and not a social, developmental, justice and human rights issue. Hence gender does not feature in climate policies, measures and strategies. Most concerning is the lack of consideration for gender budgeting, even though the country has gender mainstreaming policies and gender equality in its constitution. Women are outnumbered in decision-making settings and local women’s groups are not particularly consulted in public hearings. The informal economy is detrimental to women who run small unregistered business because they are not protected or regulated. This means that women cannot thrive and be self-sustainable.
Furthermore, the care work undertaken by women for their families and society is disregarded and not acknowledged as an extra burden for them. At the community and household level, most married women have no buying power, especially when they are housewives. Women cannot even decide on the type of energy used in their households, even though they are the ones using the energy all of the time for cooking, washing, cleaning and warming the house.
Women farmers were encouraged to form cooperatives and skills development trainings were conducted which gave them power, encouragement and confidence. For rural women we created safe spaces by conducting separate workshops for men and women. Women could express themselves freely and later we brought the groups together in one workshop. One of the outcomes of the workshop was the importance of a fair distribution of power between women and men and also that women have to be given opportunities in leadership roles.
We had meetings and discussions with government officials about the purpose of the “Gender into Urban and Climate Change Initiative” project. Subsequently, we conducted interviews with key officials from the climate change, gender and other sectors on their institutional procedures and policies. This was parallel to the capacity-building workshops for all stakeholders where we issued a report identifying gender gaps and our recommendations. Thereafter, we held separate training workshops for officials and community members on climate change and gender.
Ndivile Mokoena
- Ubicación: Johannesburgo, Provincia de Gauteng, Sudáfrica
- Trabaja en: GenderCC Sudafrica
- Función en #women2030: Defensora de la Justicia Climatica y la igualdad de género
- ODS relacionados: ODS 5, ODS 6, ODS 7, ODS 8, ODS 10, ODS 11, ODS 12, ODS 13
Mi nombre es Ndivile Mokoena y trabajo como coordinadora de proyectos en Gender CC Sudáfrica. Trabajo en cuestiones de género y cambio climático, y mi trabajo incluye intervenciones políticas, desarrollo de capacidades, labores de promoción, abogacía y formación.
Gender CC SA trabaja con mujeres agricultoras de pequeña escala y de subsistencia, y ofrece formación a comunidades locales para que inicien huertos de alimentos utilizando diversos métodos, como sacos para empaquetar maíz, promoviendo así una comunidad saludable y la igualdad de género. Nuestro proyecto “Movilización de voces de mujeres para la seguridad alimentaria y la justicia climática” garantiza que mujeres agricultoras de áreas rurales y periurbanas estén capacitadas para adaptarse al cambio climático y sepan sobre métodos agrícolas sostenibles para estabilizar y mejorar los cultivos.
El proyecto de “Energía y medios de vida sostenibles” se implementó en escuelas locales y su objetivo era el de poder acceder a agua limpia y saneamiento, energía limpia y asequible y acciones climáticas. El objetivo era utilizar los recursos naturales de forma sostenible para mejorar la resiliencia al cambio climático, así como construir una metodología y concienciación sobre la integración de cuestiones de género en la adaptación al cambio climático.
Para que las mujeres puedan acceder a trabajos decentes y crecer económicamente, tenemos una escuela centrada en “Negocios Verdes” para el desarrollo de habilidades empresariales, donde capacitamos a mujeres para que hagan “Bolsas Maravilla” para ahorrar energía y que aprendan sobre el procesamiento y la conservación de los alimentos y pueden empezar sus propios negocios.
Para reducir las desigualdades y promover ciudades y comunidades sostenibles, estamos llevando a cabo un proyecto piloto que se llama “Iniciativa de Género en el Cambio Climático Urbano”, sobre ciudades sostenibles y resilientes, evaluando y monitoreando sus políticas de adaptación y mitigación del cambio climático desde una perspectiva de género.
En el sector agrícola hay muchas disparidades de género. Las mujeres agricultoras no están consideradas como productoras y proveedoras de alimento, sobre todo debido a su limitación al acceso de tierras, financiación, infraestructura, transporte, información y mercados. En las áreas rurales, abundan las practicas tradicionales que discriminan a las mujeres. Por ejemplo, los hombres querían tomar decisiones por las mujeres y reprimir sus voces durante la participación en el proyecto. Cuando el proyecto estaba siendo implementado, las practicas patriarcales aparecieron y los hombres insistieron en que las mujeres no podían instalar el equipo ni cavar zanjas para los huertos de alimentos. Los hombres querían controlar y apoderarse del proyecto, el cual estaba destinado a empoderar a las mujeres.
Cuando evaluamos la integración de género en las políticas de adaptación y mitigación de cambio climático, los principales retos fueron que los departamentos gubernamentales veían el cambio climático como un problema medioambiental y no como una cuestión social, de desarrollo, justicia y derechos humanos. Por lo tanto, el género no esta integrado en sus políticas, medidas y estrategias. Lo mas preocupante era que no hay consideración de género en los presupuestos, incluso a pesar de que la constitución del país contiene cuestiones de igualdad de género. Las mujeres estas sobrepasadas en los entornos donde se toman las decisiones y los grupos de mujeres locales no son consultados en las audiencias publicas. La economía informal ha causado que las mujeres que tienen pequeños negocios no están registrados ni protegidas, o que no haya regulaciones que las protejan.
Además, se ignora el trabajo de cuidados que llevan a cabo las mujeres en sus familias y no se reconocen como una carga extra para la mujer. A nivel de comunidad y de hogar, la mayoría de las mujeres casadas no tienen poder para comprar, sobre todo cuando son amas de casa. Ni siquiera pueden decidir sobre que tipo de energía usar a pesar de que son ellas las que usan la energía para cocinar, lavar, limpiar y calentar el hogar.
Se ha alentado a las agricultoras para que formen cooperativas y se llevaron a cabo talleres de capacitación. Para las mujeres rurales, creamos espacios seguros mediante talleres separados para hombres y mujeres. Las mujeres pueden expresarse libremente y luego los grupos de juntan bajo un mismo taller. Uno de los resultados del taller fue la importancia de una distribución justa de poder entre mujeres y hombres.
Con respeto a la “Iniciativa de Género en el Cambio Climático Urbano”, tuvimos entrevistas con funcionarios clave trabajando en el área de cambio climático, género y otros sectores. Esto se hizo de forma paralela a los talleres de capacitación para todas las partes interesadas de los cuales surgió un informe en el que se identificaban brechas de género y que también incluía recomendaciones. A partir de entonces, tuvimos talleres de capacitación separados para oficiales y miembros de las comunidades sobre cuestiones de cambio climático y género.